jueves, 10 de julio de 2014

El modelo “Imperio Romano”

La realidad de la caída del Imperio Romano es más que el fallecimiento de una ciudad como sede del gobierno mundial, la fundación de Constantinopla consolidó una doctrina que a mi juicio ha permanecido vigente hasta el día de hoy de manera implícita o explícita y es que Roma dejó de ser un sitio geográfico para convertirse en un concepto, en un modelo de política, en sistema de control universal y en un conjunto de valores.

Desde el punto de vista filosófico, los grandes imperios que han logrado instaurarse en la tierra han manifestado su inspiración e incluso su imitación consciente del ideal romano y en consecuencia han logrado efectivamente mantener viva su memoria en la consciencia colectiva global y la búsqueda constante por parte de las clases políticas de restaurar al menos estilísticamente el modelo oficialmente extinto desde el 476 de nuestra era.

Moscú fue tal vez el mejor ejemplo de la búsqueda de continuidad del modelo de gobierno romano al autoproclamarse como la tercera Roma, sin embargo no pueden desdeñarse los esfuerzos que por siglos realizó el Imperio Carolingio y luego el Sacro Imperio Romano al que los historiadores buscan distinguir añadiéndole el apellido de germánico. Sin embargo, la verdad es que en la mentalidad de todos estos gobiernos, el imperio Romano nunca dejó de ser y en consecuencia las pugnas hasta principios del siglo IXX se enfocaban en ver quién podía alzarse con el título de emperador al mejor estilo de Julio Cesar.

Mi opinión es que incluso tras bambalinas, las personas más poderosas de la tierra continúan ejerciendo el poder imitando intencionalmente y generando condiciones necesarias para la instauración plena de un modelo romano que ha logrado seguir vivo por medio de la metamorfosis constante y la adaptación sucesiva según las condiciones lo exijan. Incluso, cambiando de sede y desechando los estados y naciones donde se localizan los centros de poder según la conveniencia coyuntural de los tiempos, con el solo propósito de mantener vivo el modelo de dominación global y prepararse mejor para un momento futuro donde pueda volver a expresarse plenamente.

El modelo “Imperio Romano” fue ubicado temporalmente en los Estados Unidos de América desde la segunda Guerra mundial y ha aprovechado las potencialidades de dicho país para fortalecer sus principios de gobierno. Sin embargo, el tiempo de supremacía estadounidense parece haber llegado a su final y el modelo está preparándose para una nueva mudanza.


En una nueva entrega estaré compartiendo mis reflexiones sobre como esa mudanza está ocurriendo o algunas posibles razones.