La realidad de la caída del Imperio Romano es más que el
fallecimiento de una ciudad como sede del gobierno mundial, la fundación de
Constantinopla consolidó una doctrina que a mi juicio ha permanecido vigente
hasta el día de hoy de manera implícita o explícita y es que Roma dejó de ser
un sitio geográfico para convertirse en un concepto, en un modelo de política,
en sistema de control universal y en un conjunto de valores.
Desde el punto de vista filosófico, los grandes imperios que
han logrado instaurarse en la tierra han manifestado su inspiración e incluso
su imitación consciente del ideal romano y en consecuencia han logrado
efectivamente mantener viva su memoria en la consciencia colectiva global y la
búsqueda constante por parte de las clases políticas de restaurar al menos
estilísticamente el modelo oficialmente extinto desde el 476 de nuestra era.
Moscú fue tal vez el mejor ejemplo de la búsqueda de
continuidad del modelo de gobierno romano al autoproclamarse como la tercera
Roma, sin embargo no pueden desdeñarse los esfuerzos que por siglos realizó el
Imperio Carolingio y luego el Sacro Imperio Romano al que los historiadores
buscan distinguir añadiéndole el apellido de germánico. Sin embargo, la verdad
es que en la mentalidad de todos estos gobiernos, el imperio Romano nunca dejó
de ser y en consecuencia las pugnas hasta principios del siglo IXX se enfocaban
en ver quién podía alzarse con el título de emperador al mejor estilo de Julio
Cesar.
Mi opinión es que incluso tras bambalinas, las personas más
poderosas de la tierra continúan ejerciendo el poder imitando intencionalmente
y generando condiciones necesarias para la instauración plena de un modelo
romano que ha logrado seguir vivo por medio de la metamorfosis constante y la
adaptación sucesiva según las condiciones lo exijan. Incluso, cambiando de sede
y desechando los estados y naciones donde se localizan los centros de poder
según la conveniencia coyuntural de los tiempos, con el solo propósito de
mantener vivo el modelo de dominación global y prepararse mejor para un momento
futuro donde pueda volver a expresarse plenamente.
El modelo “Imperio Romano” fue ubicado temporalmente en los
Estados Unidos de América desde la segunda Guerra mundial y ha aprovechado las
potencialidades de dicho país para fortalecer sus principios de gobierno. Sin embargo,
el tiempo de supremacía estadounidense parece haber llegado a su final y el
modelo está preparándose para una nueva mudanza.
En una nueva entrega estaré compartiendo mis reflexiones
sobre como esa mudanza está ocurriendo o algunas posibles razones.